top of page

Fomentando la Autonomía en los niños con Síndrome de Down

Actualizado: 3 abr 2020


Como equipo dedicado a la infancia y a la rehabilitación infantil, una de nuestras prioridades es contribuir a informar y educar a la sociedad sobre los niños con discapacidad, con el objetivo de hacer una sociedad más inclusiva, donde conozcamos a personas con capacidades distintas y enseñemos a nuestros hijos/as a hacer lo mismo, con aceptación y respeto. En este post te contamos cómo contribuir a la autonomía de un niño o niña con síndrome de Down.

¿Qué es la autonomía personal? Los diccionarios la definen como la capacidad de la persona para realizar por sí misma, sin ayuda o vigilancia de otras, los actos cotidianos elementales de supervivencia, tales como la alimentación, el aseo, el vestido, el manejo de aparatos o dispositivos mecánicos sencillos, la realización de pequeños desplazamientos, etc.

Uno de los objetivos principales al que apuntan todos los profesionales que trabajan con niños con síndrome de Down, es a potenciar, maximizar y estimular la independencia funcional. ¿Qué significa esto? Significa que, como equipo de salud, deseamos que el niño sea lo más independiente posible, dentro de sus capacidades y según lo correspondiente a su edad. Significa que sabemos que, en algunos años, ese niño se convertirá en un adulto, quien tendrá que desenvolverse en la sociedad, con todas sus exigencias y recompensas. Para lograr esto, debemos unir esfuerzos entre profesionales y especialmente con la familia, para en conjunto ir entregándole al niño las herramientas para "valerse por sí mismo".

Muchas personas con síndrome de Down han demostrado que pueden llegar a ser bastante autónomas, incluso pueden acceder al mundo laboral y a una vida independiente con los apoyos necesarios. Para que los niños y jóvenes con síndrome de Down logren esa autonomía es imprescindible que desde el principio, desde que empieza la intervención temprana, los educadores (padres y profesionales) tengamos en cuenta que cada objetivo planteado, cada toma de desiciones, tiene que ir encaminado a conseguir sucesivos pasos de autonomía creciente y responsable. Detrás de cada persona adulta con síndrome de Down que se siente integrada a la sociedad, hay años de gran esfuerzo por parte de ella, de su familia y de sus educadores y terapeutas.

En la medida en que a los niños les permitimos mayor autonomía, les estamos dando espacio para expresar sus necesidades y demostrarse a sí mismos que son capaces. Además, les permitimos mostrar su personalidad y van creando una auto-imagen de una persona confiada, segura y con habilidades diversas. Por otro lado, al potenciar la autonomía facilitamos su inclusión en la sociedad.

Autonomía

Actualmente, a pesar de que hemos avanzado en nuestra concepción de las personas con síndrome de Down, todavía no hemos llegado a considerar a la persona con síndrome de Down como a una persona adulta, todavía asociamos el síndrome de Down a la imagen del eterno niño.

Esta mirada que se dirige a la persona con discapacidad puede dañar su autoimagen, puede infantilizarle o puede hacerle sentirse incapaz. Lamentablemente, la sobreprotección -a pesar de tener buenas intenciones- no le permite hacer muchas cosas que podría hacer y que son necesarias para su desarrollo y su crecimiento personal. Al contrario, debemos cambiar nuestra actitud -tanto padres como educadores y terapeutas- y decirle al niño "Tú puedes". Debemos darle esa confianza en sí mismo que la sociedad muchas veces falla en otorgarle.

Como norma general: todo aquello que pueda hacer el niño/a solo, siempre que no conlleve peligro, debe hacerlo él mismo. Los expertos coinciden en que, a medida que vayamos dejando que el niño participe en las tareas diarias de alimentación, aseo, vestimenta, etc, mejor va a ser su desempeño y le estaremos dando una sensación de “yo puedo” que es fundamental durante la infancia.

Durante los primeros años, el niño comienza a tener iniciativa y motivación para realizar tareas cotidianas solo, podemos aprovechar esto para ir enseñándole y dándole pautas de actuación (ejemplo: le muestro para que me imite). En este momento los niños están en un momento de explosión del lenguaje, es importante enriquecerlo y ampliarlo, nombrando objetos cotidianos y familiares, nuestro cuerpo, alimentos, etc.

Recordemos que ayudar a un niño a ser más autónomo es más difícil -y muchas veces más lento- que hacerle nosotros las cosas, pero es indispensable que aprenda a hacerlas por sí mismo, de esa manera lograremos también que aumente su autoestima y su seguridad emocional.

A medida que el niño vaya aprendiendo diversas habilidades, es importante darle más autonomía, ofreciéndole mayor independencia para realizar las tareas y respetando el tiempo que necesite, sin que éste sea excesivo, además de delimitar los espacios, intentado no invadirlos, ni apresurarlos.

2926 visualizaciones
bottom of page