Hablar de la Parálisis cerebral es un tema complejo, se te viene a la mente el errado concepto de que tu hija estará en estado vegetal, que no será una niña feliz, es increíble como por desconocimiento cometemos tantos errores. Cuando ya pasan los primeros momentos de incertidumbre, es que empieza una aventura que no está exenta de altos y bajos, empiezas a comprender lo que significa el concepto de “Parálisis Cerebral”: entendemos que la parálisis no es una enfermedad, que es una condición, que con el tratamiento y la rehabilitación adecuada nuestros niños pueden llegar a ser completamente felices, pueden tener una vida plena, dentro de lo que su condición lo permita.
Convivir con la parálisis no es fácil, se debe aprender a conocer cómo se debe manejar, si necesita medicación, que tipo de terapia se necesitará... si bien es un tema complejo, que al principio nos causará dolor, impotencia y muchas cosas más, con el paso del tiempo y la perseverancia lograras sonreír con ganas, lograrás disfrutar hasta del detalle más mínimo que antes pasaba desapercibido porque simplemente era parte de la vida y debía suceder. Aprendes a manejarte con los términos, pero por sobretodo aprendes a enseñarle a tu hijo/a que no tiene límites, que no se debe rendir, que solo está en ellos salir adelante, porque nuestro apoyo como padres nunca les faltará.
En mi caso, me costó asumirlo, tuve que aprender que la rehabilitación no sólo se llevaba a cabo en la Teletón o en el Pac (Instituto Nacional de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda), es fundamental lo que nosotros debemos realizar en la casa, lo que nosotros podamos enseñarle, pero siempre llenos de amor, de energía, de fe y esperanza. Hemos tenido que adaptarnos a los tipos de terapias que sean las más adecuadas a la condición de nuestra hija, hemos aprendido a conocer los movimientos por espasticidad (rigidez) o distonia (movimientos más débiles), pero principalmente hemos ido aprendiendo a disfrutar de lo simple de la vida, de la sonrisa honesta y sorprendida al escuchar ladrar un perro, o cuando aprendió a jugar a las escondidas, la sorpresa en sus ojos cuando logró decir "chao". La Parálisis cerebral no es límite para ser feliz, no es un límite para salir adelante y poder enfrentar lo que se venga adelante.
No dudes nunca que poniéndole todas las ganas, disfrutando y aprendiendo de la rehabilitación, se puede conseguir muchísimo.
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