La alimentación puede ser un desafío para algunos niños y niñas, pero es crucial entender las diferencias entre un comportamiento alimentario selectivo y un trastorno alimenticio. Mientras que la selectividad puede ser una fase normal en el desarrollo, influenciada por factores sensoriales como la textura o el sabor de los alimentos, los trastornos alimenticios implican problemas más graves que afectan la relación del niño con la comida y requieren atención profesional.
Tanto el Comedor Selectivo como el Trastorno Alimenticio, implican desafíos con la alimentación, pero tienen características y consecuencias diferentes.
Un niño o niña comedor selectivo (Picky Eater) presenta preferencias alimentarias limitadas, pudiendo ser esta preferencia determinada por características de la comida como texturas, sabores, olores, colores entre otros.
Por otra parte, los trastornos alimenticios se vinculan a una condición más severa que afecta la relación de las personas con la comida. Se caracterizan por conductas más extremas y pueden implicar restricción completa de ciertas comidas o grupos de alimentos, pudiendo deberse a preocupación por las consecuencias de comer (por ejemplo, el subir de peso), desinterés o repulsión por el acto mismo de comer.
Se diferencian entre sí en su causa, manifestación y el impacto que pueden llegar a tener:
¿Cuándo debería preocuparme por la selectividad alimentaria de mi hijo?
La selectividad alimentaria suele ser común en niños pequeños y no representa un problema grave o irreversible. No obstante hay algunas señales que pueden indicar que se están impactando la salud del niño/a y podría ser necesario buscar ayuda profesional:
- Pérdida de peso o crecimiento fuera de lo esperado
- Dieta muy limitada que afecta la variedad de nutrientes necesarios para el crecimiento o dependencia a suplementos nutricionales
- Ansiedad o angustia excesiva en torno a la alimentación
- Rechazo persistente de grupos completos de alimentos (lácteos, proteínas, frutas, verduras, etc)
- Persistencia de la selectividad en el tiempo y más allá de la edad “típica” (más allá de los 6-7 años según el Child Mind Institute)
En resumen, es fundamental estar atentos a los patrones de alimentación de nuestros hijos para poder distinguir entre una fase de selectividad alimentaria y un posible trastorno alimenticio. Mientras que la selectividad es común y generalmente inofensiva, ciertos signos pueden indicar que es necesario buscar apoyo profesional. Si notas que la alimentación de tu hijo está afectando su crecimiento o bienestar, no dudes en consultar con un especialista para asegurar su desarrollo saludable y equilibrado. La intervención oportuna puede marcar una gran diferencia.
Referencias bibliográficas
Sitio HealthyChildren.org de la American Academy of Pediatrics (AAP) (https://www.healthychildren.org/)
Sitio National Institute of Child Health and Human Development (NICHD) (https://www.nichd.nih.gov/)
Sitio National Eating Disorders Association (NEDA) (https://www.nationaleatingdisorders.org/)
Sitio Mayo Clinic - Toddler Nutrition (https://www.mayoclinic.org/)
Sitio American Occupational Therapy Association (AOTA) - Sensory Processing and Feeding (https://www.aota.org/)
Sitio Child Mind Institute (https://childmind.org/article/sensory-processing-issues-explained/)
Sitio STAR Institute for Sensory Processing Disorder (https://www.spdstar.org/)
Sitio Ellyn Satter Institute (https://www.ellynsatterinstitute.org/)
Sitio Academy of Nutrition and Dietetics (https://www.eatright.org/)
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