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5 Consejos para Prevenir la Asfixia por Inmersión

Actualizado: 7 nov 2024

Pleno verano y temporada de piscinas, lagos, playa. Con mucha entretención y momentos familiares viene acompañado el riesgo de tener accidentes, especialmente en el caso de padres o cuidadores de bebés y niños pequeños.


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ahogamiento o asfixia por inmersión es la principal causa de muerte accidental en niños de 1 a 4 años, con aproximadamente 340 muertes anuales en este grupo de edad. A nivel global, más de 300,000 personas pierden la vida cada año debido a este tipo de accidentes, de los cuales la mitad son menores de edad, y la mayoría de ellos sabía nadar. Es importante destacar que el 70% de los niños que mueren por ahogamiento estaban bajo la supervisión de un adulto en el momento del incidente.

En el caso de los niños de 12 a 36 meses, tan solo tres centímetros de agua son suficientes para que ocurra un accidente. Estos incidentes pueden suceder en lugares como la tina, el inodoro/wc o en recipientes pequeños como baldes y piscinas inflables. Además, los preescolares también están en riesgo de ahogarse en piscinas, tanto en el hogar como en instalaciones públicas, especialmente si no cuentan con supervisión adecuada o no tienen la habilidad de nadar.


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Como podemos suponer, lo más importante es la prevención de este tipo de accidentes, por lo que aquí les contamos 5 formas de prevenir accidentes de asfixia por inmersión.


1. Atención, atención, atención.

Lo principal es no bajar la guardia. La gran recomendación es nunca perder de vista a los niños, es necesario mantener vigilancia permanente a los niños en lugares con agua. No importa si están jugando alrededor de la piscina o si saben nadar, los niños siempre deben contar con la supervisión de un adulto, ya que como sabemos, incluso descuidos de segundos pueden ocasionar un accidente. Hacer turnos entre adultos, jugar con los niños y enseñarles las precauciones en el agua son formas de ayudar a estar atentos.

2. Enseñarles autocuidado y conciencia del peligro

Fomenta la cultura preventiva dentro del hogar y genera conciencia de los riegos presentes. Incentiva a que los niños no corran en el borde de la piscina y que jueguen alejados de esa zona, en superficies secas y con buena adherencia para evitar caídas. Sé claro -pero no excesivo- en explicarles los riesgos de ahogarse.


También recuérdales que deben evitar acercarse al ducto del filtro de las piscinas, especialmente si están en una pública, ya que cuentan con filtros con mayor poder de succión, por lo que son más peligrosos.

3. Evita la práctica de juegos riesgosos en el agua

Los piqueros, bombitas, chinitas u otros juegos generan un doble riesgo. Por un lado, quienes los practican pueden golpearse la cabeza en el fondo y quienes están dentro de la piscina pueden salir dañados si alguien cae encima de ellos. Educa a los menores a no empujar o jugar alrededor de ella.

4. Enséñales a nadar precozmente

Lo ideal es que los niños sepan nadar o flotar lo más temprano posible; considerando, sin embargo, que según la Asociación Americana de Pediatría, recién a partir de los 4 años los niños presentan las habilidades neuromusculares adecuadas para flotar. Esto significa que iniciar clases en forma precoz no acelera las capacidades y habilidades de supervivencia de un menor durante una emergencia.


Si bien el hecho de saber nadar o flotar es un gran beneficio, esto no reemplaza la necesidad de supervisión constante de un adulto. El uso de chaleco salvavidas apropiado para la edad y peso, es una buena medida de seguridad, debe eso sí estar certificado por un organismo oficial.

5. Siempre con rejas

Instala rejas alrededor de la piscina. Si en tu casa hay piscina, te recomendamos instalar rejas por todo el borde, con barras sólo verticales de, al menos, 1.5 metros de alto y con separación entre los barrotes menor a 10 cm. Lo ideal es que no tenga puerta, pero de tener, debe ser una sola, con cerrado automático o con un seguro a prueba de niños. La reja debe ser a prueba de escaladores, es decir, no tener puntos de apoyo para los pies o manos.


Existen otros tipos de protectores, como alarmas de puerta, cobertores completos de piscina y alarmas, sin embargo no logran reemplazar la reja. De hecho, la Asociación Americana de Pediatría (AAP) no recomienda que sean usados en vez de ellas.


Por otra parte, jamás se deben mantener sillas, pisos o escaleras cerca de la reja. Si la piscina es plástica, cúbrela con una lona para evitar caídas y vacíala cuando no la estén usando. Y nunca dejar juguetes, pelotas o flotadores dentro ni cerca de la piscina, pueden llamar la atención de los niños y hacerlos caer al tratar de rescatarlos.



En conclusión, la prevención de la asfixia por inmersión requiere una combinación de vigilancia constante, educación sobre los riesgos y la implementación de medidas de seguridad efectivas. Aunque muchos accidentes ocurren incluso con la supervisión de un adulto, no bajar la guardia es fundamental.


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