Durante el primer año de vida, los niños van aprendiendo a moverse, aumentando progresivamente la complejidad y funcionalidad de estos movimientos. Hacia el final del primer año, los bebés ya tienen una forma básica de desplazarse: el gateo. Muchos niños aprenden a gatear y rápidamente salen de esta etapa ya que comienzan a ponerse de pie apoyándose en superficies y antes de que te des cuenta ya están caminando. Otros -generalmente los niños que lo aprenden de forma temprana- pasan algunos meses gateando y explorando el entorno. En este post les contamos la importancia del gateo, cómo beneficia el desarrollo motor, y cómo podemos estimularlo en la casa.
Sin embargo, existen algunos niños que se “saltan” este hito motor. Bebés que simplemente pasan de jugar sentados en varias posturas a ponerse de pie con apoyo en algún mueble, y desde ahí aprenden a caminar. En los últimos años se ha abierto un debate ya que muchos padres consideran que su hijo/a es más desarrollado del punto de vista motor por haberse saltado el gateo, pero aquí te contamos realmente qué es lo que sucede.
La experiencia corporal del gateo juega un rol crítico en el desarrollo infantil.
Incorpora todo el cuerpo del bebé en un movimiento complejo: No hay ninguna parte del cuerpo que no esté participando activamente cuando un bebé gatea.ora todo el cuerpo del bebé en un movimiento complejo: Debe usar de forma sincronizada grupos musculares que trabajan en conjunto para avanzar una pierna, mientras rota el tronco y avanza el brazo del lado contrario.
Fortalece musculatura: Al usar en forma coordinada sus brazos y piernas mientras soporta el peso de su cuerpo y avanza, está fortaleciendo los músculos de sus brazos, hombros, tronco, columna, cadera y piernas.
Contribuye a la función manual: Al mantener las muñecas extendidas soportando el peso de su cuerpo, se van formando los arcos palmares de la mano, los cuales son fundamentales para el correcto uso de la mano y el desarrollo de la motricidad fina.
Percepción visual y espacial: Al gatear de un lugar a otro, un bebé debe mirar a su alrededor para decidir hacia dónde se va a mover, para lo cual debe integrar a nivel cerebral la información visual y de percepción del espacio: conceptos como distancias, profundidades y alturas se empiezan a usar al gatear. Por otro lado, los ajustes visuales -ver cerca y lejos- entrenan la musculatura intrínseca del ojo y mejoran la visión binocular (la usamos para calcular distancias y distinguir lo que vemos), la cual es necesaria para las futuras habilidades de escribir y leer.
Integración Hemisferios Cerebrales: Cuando un bebé gatea, el lado derecho e izquierdo de su cerebro -y también de todo su cuerpo- deben trabajar en sincronía, analizando y procesando información visual, auditiva y de movimiento de forma simultánea. Esta integración de ambos lados es fundamental ya que contribuye a formar una “base motora” para destrezas físicas futuras como correr, trepar, subir y bajar escaleras, etc.
Autonomía y Confianza: Al sentir que se puede desplazar por sí solo, se comienza a desarrollar una sensación de independencia y autonomía -Yo puedo moverme para ir a buscar ese juguete, o para ir a abrazar a la mamá…-. El poder desplazarse de forma independiente le da más oportunidades para cumplir metas, así como oportunidades para equivocarse, lo cual afecta el desarrollo emocional y a la larga impacta en la formación de una personalidad con confianza en sí mismo.
Como puedes ver, el hecho de que un niño gatee tiene enormes beneficios y básicamente es una habilidad que le otorga una gran cantidad de experiencias -sensaciones, movimiento, emociones, oportunidades de juego, etc-.
Ahora, quiere esto decir que los niños que no gatean van a tener algún tipo de dificultad en el desarrollo o aprendizaje? No necesariamente. Como mencionamos más arriba, algunos niños que se saltaron el gateo se desarrollan normalmente sin problemas. Sin embargo, existen niños que en la etapa preescolar y escolar muestran dificultades en las habilidades motoras (les cuesta mucho la clase de educación física por ejemplo, no logran incorporarse a los juegos grupales) y que al ir a mirar más cerca, resulta que los padres refieren que se saltaron algunos hitos motores, como el gateo.
¿Cómo estimular el Gateo?
Normalmente el gateo aparece entre los 7 y los 10 meses de edad. La forma más efectiva y sencilla para estimular que tu hijo/a comience a gatear, es asegurarte de que juegue de guatita y le guste esta posición. (Si esto te complica te recomendamos leer nuestro post “Por qué es importante Jugar de Guatita” donde damos tips sobre cómo lograr esto.)
Naturalmente, cuando tu bebé esté de guatita, se va a comenzar a interesar por lo que le rodea -juguetes interesantes, una alfombra con diseño llamativo, algo que suene…etc- y de a poco va a ponerse en cuatro apoyos -postura como “perrito”-. Es normal que desde aquí se balanceen hacia delante y atrás, están probando como se siente su cuerpo a una altura un poco mayor, viendo hasta donde pueden llegar.
Acá te dejamos algunos tips para estimular el gateo de forma simple.
Permítele jugar libremente en el suelo, en un espacio amplio y seguro. Ponte frente a tu bebé de guatita y en cuatro apoyos, “muéstrale” cómo tú gateas
Pon un rollito (o toalla enrrollada) bajo su guatita al estar en cuatro apoyos y guíalo hacia adelante y atrás, balanceándose sobre las manos y rodillas apoyadas.
Cuando tu bebé esté en la posición de cuatro apoyos, ponte en el suelo frente a el/ella y sonríele, habladole y llamándolo con cariño. Puedes también mostrarle algún objeto que le llame mucho la atención, y ponerlo en el suelo, alfrente y algo alejado de él, no demasiado, si no lo suficiente para que sienta que aún lo puede alcanzar.
Si tu guagua ya empezó a gatear, puedes usar un túnel como el de la foto para hacerlo más entretenido. A los niños -no sólo a los más chiquititos!- les encanta y es una forma simple de estimularlos a moverse y explorar. También puedes usar cajas de cartón y hacerle un agujero… aprovecha de usar tu creatividad!
Obstáculos: esto es cuando el niño ya aprendió a gatear y ahora se entretiene superando pequeños obstáculos, lo cual es un exelente juego de punto de vista motor. Cojines y almohadas de distintos tamaños/texturas, peluches, bloques de espuma…cualquier cosa blandita (no queremos golpes ni heridas!) que consista en un desafío para pasar por encima, le va a gustar.
Signos de alerta: es normal que la forma de gatear varíe un poco de un niño a otro, pero hay ciertas cosas en el gateo que inmediatamente deben llamar la atención y que no son normales. El hecho de gatear de forma asimétrica es una de ellas, por ejemplo, que siempre avance con el brazo y pierna del mismo lado del cuerpo y el otro lado parezca “colgar” o arrastrarse.
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