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Empezando a moverse: Movimientos Fetales

Actualizado: 3 abr 2020

¿De qué manera se mueven las guaguas antes de nacer? Durante la infancia y a lo largo de toda la vida estamos en constante movimiento. En el juego, en las comidas, en la interacción con otros, en el trabajo, etc. No dejamos de movernos prácticamente nunca. Pero ¿cómo es el inicio de ésta habilidad básica?, ¿cómo empezamos a movernos?, ¿qué sucede con los movimientos de tu bebé? En este post te contamos todo sobre los movimientos fetales.

Muchos sabemos que dentro del útero, los bebés se mueven. Es evidente cuando la madre lo empieza a sentir, por ejemplo, entre las semanas 18 y 22, pero en realidad los movimientos del feto comienzan mucho antes, y son un precursor muy importante del desarrollo posterior. Los movimientos del embrión son expresión de su neurodesarrollo, si bien los primeros en aparecer son poco específicos y automáticos.

Entre la tercera y la octava semanas de gestación, a partir de la placa neural, se desarrolla el sistema nervioso siguiendo un proceso complejo, que es consecuencia de la interacción entre factores genéticos y microambientales. Esto significa que antes de que muchas mujeres ni siquiera sepan que están embarazadas, el sistema nervioso de su bebé se empieza a formar, el que posteriormente les permitirá sentir, pensar, y experimentar el mundo.

Poco antes de la séptima semana de gestación, el primitivo corazón, comienza a bombear sangre. A partir de entonces, y hasta el momento del parto, en correlación con la edad gestacional, se observa una progresiva complejidad y una mayor elaboración de los movimientos fetales, que están estrechamente vinculados con el neurodesarrollo y con los factores ambientales. Así, a partir de la semana diez, por ejemplo, hay movimientos reflejos de las extremidades. Entre las semanas 9 y 12 el feto puede empuñar la mano. Desde la semana 11, estos movimientos se van haciendo más finos y complejos y comienzan a verse movimientos en la cara del bebé. Entre las semanas 13 a 16 comienzan los movimientos activos del feto y aparece el reflejo de succión.

De esta manera, en condiciones normales, a las 20 semanas de gestación ya han aparecido todos los movimientos fetales (movimientos generales, de extremidades, y respiratorios) y es cuando se empieza a sentir al bebé moverse. Las mamás con embarazos múltiples pueden empezar a sentir el movimientos de sus bebés antes, entre las semanas 16 y 18. Alrededor de la semana 24 el feto está completamente formado, y presenta el reflejo de prensión (cerrar la manito). Además, presenta el reflejo de sobresalto (se mueve repentinamente frente a sonidos fuertes por ejemplo). Los movimientos fetales alcanzan su máxima intensidad alrededor de las semanas 28 y 34.

A medida que avanza el embarazo durante el tercer trimestre, aumentan los períodos de menor percepción de la actividad del bebé, sin estar indicando un problema. Esto es debido al ritmo circadiano, la disminución de espacio que tiene disponible dentro del útero, y la mejor coordinación fetal. Mientras, tanto la fuerza como la duración de los movimientos aumentan hasta las 40-41 semanas.

Disminución de los Movimientos Fetales

Los movimientos fetales que percibe la mamá y que se observan en las ecografías son signo de bienestar fetal. En algunos casos, sin embargo, se puede estar frente a una disminución de los movimientos fetales. La disminución de éstos se asocia con un aumento en el riesgo de posibles complicaciones perinatales, como retraso de crecimiento, parto prematuro, o malformaciones fetales. Con el fin de pesquisar la posible presencia de una de éstas complicaciones, a modo general existen las siguientes recomendaciones:

  • Consultar en caso de no sentir al bebé moverse a partir de las 24 semanas de gestación

  • Ausencia aguda de movimientos fetales de >2 horas de duración en una mamá que anteriormente los percibía. (Relativo, como regla general se dice que al menos se debe sentir al bebé moverse 10 veces al día)

  • Percepción subjetiva de la mamá de una disminución respecto al patrón habitual de movimientos fetales que dura > 12 horas, sin llegar a esperar más de 24 horas.

Frente a éstas situaciones, conviene consultar. Por otro lado, hay factores que pueden disminuir los movimientos del bebé, sin que se relacione con un problema en su salud. Entre éstos podemos mencionar: actividad física materna importante, ansiedad y estrés en la mamá, ayuno prolongado y bajos niveles de azúcar en la sangre, obesidad, posición de la mamá de pie, y, obviamente, cuando el bebé está durmiendo.

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