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Andadores y Saltarines: sus riesgos y efectos

Actualizado: 2 abr 2020

Es una pregunta común de los padres: "¿nos recomiendan comprarle un saltarín?" o "¿puedo ponerlo en un andador?". Por eso hicimos este post contándoles los riesgos y efectos que tienen ambos juguetes en el desarrollo de los niños, qué dicen las entidades en distintos países al respecto, y finalmente, la mejor alternativa. Sigan leyendo para saber todo lo necesario sobre los andadores y saltarines.

Saltarines

Son asientos que van enganchados mediante resortes al techo, o al marco de una puerta. El bebé se sienta y mediante la propulsión con el suelo se impulsa para rebotar o "saltar". Se ven tremendamente entretenidos, ¿verdad?. Basta con ver la cara de alegría de cualquier bebé en la publicidad que muestran las marcas, y la tranquilidad de los padres de saber que el bebé se queda en un solo lugar, pero la verdad es que los saltarines no son beneficiosos de ninguna manera.

¿Por qué? Además de impedir que el niño se mueva libremente y explore -lo cual, como ya sabemos, es lo principal para el desarrollo motor: el juego libre y la exploración de ambientes- los saltarines promueven movimientos que pueden ser dañinos para las habilidades motoras que el bebé necesita desarrollar.

A pesar de que a primera instancia puede parecer un increíble juego, cuando se pone a un niño que no controla su cuerpo aún contra la gravedad (es decir, que no se pone de pie por sí solo ni camina aún), el peso del cuerpo es sostenido por el saltarín, con unas piernas que "rebotan" y que aún no tienen el control suficiente para ello. Debido a los saltos repetitivos, es muy común que los niños que pasan largos períodos de tiempo en saltarines, adquieran una postura en punta de pies (debido a un patrón repetido por horas de estar en esta posición), la cual se mantiene luego durante la marcha, y puede crear problemas en ella a mediano y largo plazo. Por otro lado, la posición del tronco -al colapsar producto de que el control en inmaduro- es hacia adelante en lugar de erguido.

Seguridad: Los saltarines puede ser también un riesgo para la seguridad del niño. La mayoría de las lesiones asociadas a éstos -incluyendo lesiones en la cabeza- son debido a fallos mecánicos. Los saltarines que se montan en los marcos de las puertas son considerados los más peligrosos, no sólo por el riesgo de que se suelten del marco, si no porque el bebé puede golpearse con la puerta u objetos cercanos. Además, si el bebé no queda bien asegurado al asiento en todo momento, corre el riesgo de caerse y golpearse.

Andadores

El andador es un asiento protegido con una barandilla y apoyado sobre patas con ruedas, que permite al bebé estar sentado o caminar parcialmente sentado. Antes, su finalidad era ayudar e impulsar al bebé a dar sus primeros pasos, pero hoy los pediatras no lo ven así. Según la Academia Estadounidense de Pediatría, los andadores NO ayudan a que los bebés caminen más rápidamente ni de mejor manera. Los pediatras dicen que son un peligro, ya que impiden que la musculatura del bebé se desarrolle con naturalidad.

En un estudio de la revista Pediatrics se reveló que entre 1990 y 2014, más de 230 mil niños estadounidenses menores de 15 meses acudieron al servicio de urgencias pediátricas con lesiones producidas como consecuencia del uso de andadores. Por otro lado, la European Injury Database indica que, en los 28 estados de la Unión Europea, cada año se producen aproximadamente 580 lesiones relacionadas con andadores en niños de entre 0 y 4 años de edad lo suficientemente graves como para necesitar asistencia sanitaria. (OJO que la Alianza Europea para la Seguridad Infantil no recomienda el uso de andadores debido al alto riesgo de lesiones que suponen para los niños ). Incluso en Canadá, las caídas por las escaleras, por culpa de los andadores, son la causa más frecuente de lesiones graves en la cabeza en niños menores de 2 años, por lo que están prohibidos en este país desde el año 2004. En un antecedente más cercano a nuestro país, según estadísticas recolectadas por el Comité de Pediatría Ambulatoria de Argentina, los accidentes tienen una frecuencia del 12% al 50% relacionados con el uso de andador. Entre las lesiones habituales se registran golpes en la cabeza, fracturas, luxaciones dentarias, atrapamiento de dedos, hematomas, ahogamiento, entre las más comunes causas de asistencia a urgencias. Si bien en la mayoría de los casos se tratan de lesiones leves, existen casos documentados de accidentes con mayor índice de gravedad para la vida del bebé. Por ello, los pediatras sugieren a los padres que se deshagan de los que puedan tener en sus casas, y elijan otras alternativas para hacer caminar a sus bebés.

¿Porqué se desaconseja su uso?

Además de riesgo de accidentes y lesiones, si el andador es utilizado con frecuencia, puede retrasar la función motora del bebé. Similar a los saltarines -menos el rebote-, el niño no debe realizar un gran esfuerzo por controlar su cuerpo ni por propulsarse con las piernas hacia adelante (como sí ocurre de forma natural al aprender a caminar). El peso de su cuerpo "descansa" en la silla, y el niño se salta muchas oportunidades de aprendizaje motor, de calcular distancias y movimientos con el cuerpo. Además, muchas veces se pone a bebés en ellos cuyas caderas -por la edad- no están anatómicamente preparadas para soportar el peso del cuerpo. Además, proporcionan un equilibrio limitado a un niño que todavía no es capaz de mantenerse en pie o caminar y en caso de inestabilidad, se vuelcan fácilmente.

Si bien se desaconseja su uso, -frente a preferir siempre el juego libre y la estimulación por parte de los padres y el ambiente-, si se llegan a usar andadores SIEMPRE debe ser con supervisión de un adulto, debido al riesgo de accidentes asociado a su uso. Usarlos alrededor de escaleras, desniveles, suelos resbaladizos y piscinas, obviamente es un gran riesgo. Debemos recordar que los accidentes pueden ocurrir en breves períodos de tiempo de descuido del adulto a cargo. Las lesiones más habituales que se ha observado por el uso de andadores por los bebés son en la cabeza y en el cuello como consecuencias de caídas por escaleras, aunque pueden ocurrir otros accidentes asociados como quemaduras, intoxicaciones (por productos de limpieza) o heridas debido a que con el andador pueden alcanzar elementos peligrosos que en principio no deberían estar a su altura, como las ollas al fuego, planchas, cables y enchufes, medicamentos, etc.

Recomendación

Si como padres lo que desean es estimular el desarrollo de su hijo/a y buscan herramientas para ello, nuestra recomendación como equipo y profesionales es ésta: ¡jueguen con ellos!. Tírense al suelo y armen carpas, hagan torres, jueguen a la escondida, a perseguirse haciendo como perros, etc. Salgan a la plaza y caminen de la mano, acompáñenlo/a a explorar y muéstrenle lo entretenido de descubrir y aprender a moverse. Como siempre decimos, no es necesario gastar en juguetes sofisticados o dispositivos grandes... la creatividad y la paciencia de los padres es el mejor estímulo y lejos los que dejarán los mejores recuerdos.

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