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Aversión Sensorial al Alimento: Cuando los niños "no quieren comer".

Actualizado: 3 abr 2020


Muchos padres y madres encuentran dificultades a la hora de darle comida a sus niños porque éstos no aceptan diferentes texturas, olores y/o sabores, haciendo imposible y estresante el momento de la alimentación. En este post hablaremos sobre la Aversión Sensorial al Alimento, un trastorno muy común en bebés y en niños pequeños.

La ingesta selectiva de alimentos es la dificultad en la alimentación más común según Kerzner, reportándose una prevalencia entre el 15% y 26% de la población estudiada. Es por esto, que es de vital importancia saber sus principales características para poder pesquisarlo y tratarlo a tiempo.

¿Qué es la Aversión Sensorial al alimento?

La Aversión Sensorial al Alimento es uno de los desórdenes alimenticios más comunes durante los primeros tres años de vida. Se define como el rechazo persistente a ciertos alimentos con relación a su textura, olor, color, sabor o temperatura. OJO que cada niño es diferente y por lo tanto este rechazo puede consistir desde escupir o realizar muecas faciales de desagrado, hasta el vómito.

En general, esta aversión alimentaria es parte de un trastorno del procesamiento sensorial, por lo que viene acompañado de otras dificultades sensoriales.

¿Cómo uno sabe que su hijo tiene Aversión Sensorial al Alimento?

Tiene que cumplir con los siguientes criterios:

  1. El niño consistentemente rechaza comer ciertos alimentos de sabores, texturas, temperaturas y/o olores específicos.

  2. Al comienzo ocurre durante la introducción de nuevos alimentos. Por ejemplo: El niño toma un tipo de leche y se le cambia por uno nuevo.

  3. Las reacciones de aversión o rechazo van desde muecas, escupir, realizar arcadas anticipatorias hasta vómitos y frecuentemente las generaliza a otros alimentos con similares características, pudiendo llegar a rechazar un grupo de alimentos completo. Por ejemplo, las verduras.

  4. El niño se rehúsa a probar alimentos nuevos poco familiares para él, pero la comida que le gusta la come sin problema.

  5. Sin suplementos alimenticios, el niño demuestra deficiencia nutricional específica pero usualmente no presentan deficiencia en el crecimiento. Por ejemplo, presentan déficit de vitaminas, hierro, zinc o proteínas.

  6. Pueden presentar retraso del desarrollo del lenguaje y dificultades oromotoras.

  7. El niño puede ponerse ansioso en situaciones sociales que involucren comer. Por ejemplo, al momento de la colación o el almuerzo en el jardín infantil.

  8. No está relacionado a experiencias traumáticas, alergias alimentarias ni otras causas orgánicas.

¿Cuándo comienza a presentar estos síntomas?

Los síntomas de la Aversión Sensorial pueden comenzar en las primeras semanas de nacimiento. Pero, en general, se demuestra la aversión entre los 6 y los 10 meses, cuando se inicia la alimentación complementaria a la leche materna.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento debe que ser realizado por un equipo multidisciplinario con nutriólogo, siquiatra, sicólogo, terapeuta ocupacional y fonoaudiólogo. Abarcando los aspectos conductuales, sensoriales, emocionales y nutricionales del niño.

Es importante prestar atención a todos los signos que muestre el niño para así ser capaz de pesquisarlo a tiempo y poder llevarlo a especialistas para un adecuado tratamiento.

Algunas recomendaciones que pueden tomar en cuenta los padres a la hora de comida son:

  • Establecer un horario de alimentación y un lugar fijo. Para que el niño tenga una rutina y se anticipe a la situación.

  • Si el niño no quiere comer un alimento y comienza a escupirlo o vomitarlo, no hay que obligarlo a comerlo. Para la próxima comida, hay que ponerle un pedazo de este alimento junto a su comida favorita. Esto hay que realizarlo en repetidas ocasiones, así el niño se irá acostumbrando al alimento y lo querrá probar.

  • Que los padres modelen el consumo del nuevo alimento. Ya que el niño, al ver que los padres están comiendo el alimento, tendrá ganas de probarlo.

  • No forzar al niño a comer mientras está alterado.

  • Es importante consultar si el niño no tolera los suficientes vegetales o nutrientes que necesita para suplementarlos con otros alimentos.

  • Evitar distracciones. Sin la televisión prendida y sin juguetes.

Bibliografía

  1. Chatoor I. (2009). Sensory Food Adversions in Infants and Toddlers.

  2. Kerzner B. (2009). Clinical investigation of feeding difficulties in young children: a practical approach. Clin Pediatr (Phila).

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