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Conductas Agresivas en los niños y niñas con Trastornos del Espectro Autista

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la capacidad de una persona para comunicarse, interactuar socialmente y adaptarse a diversos contextos. Los niños con TEA a menudo tienen dificultades para expresarse y comunicarse de manera efectiva, lo que puede llevar a conductas heteroagresivas. Estas conductas pueden ser difíciles de manejar tanto para los niños como para sus cuidadores, por lo que es importante comprender por qué se producen y cómo abordarlas.



¿Qué son las conductas agresivas?


Las conductas heteroagresivas son aquellas que involucran la agresión dirigida a otra persona. En el caso de los niños con TEA, esto puede manifestarse como golpes, mordeduras, arañazos, peñiscos, empujones, patadas o lanzamiento de objetos. Además, pueden haber autolesiones. Es decir, el niño o niña se autoagrede sin que parezca importarle mucho o incluso sin que parezca que le duela. Estas conductas pueden ser causadas por una variedad de factores, como la frustración, la ansiedad, la sobreestimulación sensorial o la dificultad para comprender las emociones de los demás.

A menudo, estas conductas se malinterpretan en el contexto del niño con TEA y van acompañadas de etiquetas hacia el niño o hacia sus padres. Estas etiquetas ("agresivo", "mañoso", "manipulador", etc) no contribuyen en poder identificar la causa de las conductas ni en su abordaje, y usualmente sólo añaden emociones negativas como angustia y culpabilidad en los padres.


¿Por qué ocurren las conductas agresivas en niños con TEA?


La causa exacta de las conductas heteroagresivas en niños con TEA no está clara, pero se cree que pueden ser el resultado de una combinación de factores biológicos y ambientales. Los niños con TEA pueden tener dificultades para procesar y regular las emociones, lo que puede llevar a una respuesta agresiva en situaciones estresantes. Otro factor importante a considerar para entender de dónde vienen estas conductas, es que es muy común que los niños con TEA tengan algún nivel de dificultad en la comunicación. Entonces, en estos momentos de estrés se suma el factor de no poder comunicar de manera adecuada lo que les está pasando a sus padres o cuidadores.

Además, la sobreestimulación sensorial puede desencadenar una respuesta de lucha o huida, lo que puede manifestarse como agresión hacia otros. Es decir, puede que frente a demasiados estímulos, el cerebro del niño interprete esa situación como una amenaza y en consecuencia, actúe acorde a dicha amenaza percibida.


¿Cómo pueden los cuidadores abordar las conductas heteroagresivas en niños con TEA?


Manejar las conductas heteroagresivas en niños con TEA puede ser un desafío, pero hay estrategias que pueden ayudar a reducir su frecuencia y gravedad. Algunas de estas estrategias incluyen:

  1. Identificar los desencadenantes: Identificar los desencadenantes de las conductas heteroagresivas puede ayudar a los cuidadores a prevenir su aparición. Por ejemplo, si un niño se siente abrumado por un ambiente ruidoso y con mucha gente, puede ser útil evitar estos entornos o proporcionar al niño un lugar tranquilo donde pueda relajarse.

  2. Enseñar habilidades sociales: Los niños con TEA pueden tener dificultades para comprender las emociones de los demás y para comunicarse de manera efectiva. Enseñar habilidades sociales, como la empatía y la resolución de conflictos, puede ayudar a reducir la probabilidad de conductas heteroagresivas.

  3. Proporcionar apoyo emocional: Los niños con TEA pueden sentirse frustrados, ansiosos o estresados, lo que puede desencadenar conductas heteroagresivas. Proporcionar apoyo emocional, como la atención y la tranquilidad, puede ayudar a reducir la intensidad y la frecuencia de estas conductas.

  4. Implementar un plan de acción: Los cuidadores pueden desarrollar un plan de acción para manejar las conductas heteroagresivas en niños con TEA. Este plan puede incluir estrategias específicas para abordar las conducta.

Dado que la conducta agresiva en el niño o niña con TEA se da en el marco de su condición, te recomendamos consultar con la ayuda simultánea de un terapeuta ocupacional, como de psicología infantil. La ayuda es fundamental para proteger tanto a tu hijo como a otros, y para darle a tu hijo otras estrategias de regulación que no impliquen un riesgo tanto para su propio bienestar físico, como el de los que lo rodean.


Nota: Este artículo tiene como propósito divulgar información relevante de manera general. No reemplaza la atención profesional y consejos individualizados para cada caso.


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