Antes se pensaba que hacer ejercicio durante el embarazo era peligroso, y que ésta era una etapa en que se debía vivir haciendo reposo eterno. Ahora sabemos mucho más, e incluso se recomienda la práctica de ejercicio de manera regular -y supervisada por un profesional- en el embarazo. Acá la kinesióloga Javiera Matas nos cuenta las claves.
¿Puedo hacer ejercicio si estoy embarazada?
¡Sí! Si tu médico te lo permite, y estás cursando un embarazo sano, lo ideal es que te mantengas activa y comiences a hacer ejercicio. Sin embargo, se deben tener algunas consideraciones especiales.
¿Cuándo puedo comenzar a hacer ejercicio?
El mejor momento para comenzar con un programa de ejercicios es a partir del segundo trimestre, cuando ya han pasado los posibles síntomas como las náuseas y vómitos, luego de que tu médico te de la autorización.
¿Cuáles son los beneficios de hacer ejercicio en el embarazo?
Realizar ejercicio en el embarazo tiene muchos beneficios. El ejercicio ayuda a mantener o mejorar la capacidad aeróbica, evita el aumento excesivo de peso, previene complicaciones asociadas al embarazo como la diabetes gestacional y preeclampsia, ayuda a tener un mejor parto con menor necesidad de intervenciones obstétricas y ayuda a tener una recuperación más rápida en el postparto. ¡También te ayudará a sentirte mucho mejor!
¿Hay algún riesgo de hacer actividad física durante el embarazo?
La práctica de ejercicio moderado, en una gestante sana con un embarazo de evolución normal, no ha demostrado tener ningún riesgo para la salud de la madre ni para el feto. Se deben tener ciertas consideraciones y elegir actividades que minimicen el riesgo de caídas.
¿Qué consideraciones se deben tener?
Debido a los cambios anatómicos y fisiológicos que se producen durante el embarazo, se deben tener ciertas consideraciones, en relación a la intensidad y el tipo de ejercicio. Debes ejercitarte a una intensidad moderada, que te permita hablar mientras realizas ejercicio. Además hay algunos deportes que deberías evitar por el riesgo de caídas o por el impacto, como por ejemplo el esquí, basquetbol, hockey y boxeo.
Dentro de las actividades recomendadas se encuentran el caminar, la natación, bicicleta estática y pilates y gimnasia con ciertas modificaciones. Además es recomendable que realices ejercicios específicos para la musculatura de tu piso pélvico.
Es muy importante que mantengas una buena hidratación, antes, durante y después de realizar ejercicio.
Debes evitar los movimientos bruscos y los saltos, y cuidar de no contener la respiración al realizar ejercicio, para evitar generar daño en la musculatura de tu piso pélvico.
Signos de Alarma
Ante cualquier signo de alarma, como dificultad para respirar, sangrado vaginal, pérdida de líquido amniótico, disminución de los movimientos fetales, dolor de pecho, contracciones dolorosas regulares, debilidad muscular, dolor de cabeza, palpitaciones o dolor intenso en las pantorrillas, debes detener el ejercicio y consultar a tu médico.
Si estás embarazada, y quieres comenzar a ejercitarte, no dudes en consultar a tu médico.
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