Muchos padres sabrán la enorme relevancia que tiene el sueño en los bebés y niños pequeños, ya que en los primeros años existe todo un proceso de lograr que los niños "duerman de corrido", y en el camino, los adultos lograr descansar para retomar las actividades del día siguiente. Dormir es una necesidad tan importante para los humanos como comer y respirar, por lo que en este post les contamos las claves -según la evidencia científica y expertos en el tema- para promover el sueño en los más pequeños.
Dormir es una actividad que realizamos todas las noches de nuestras vidas, por varias horas seguidas. Tiene enormes implicancias en la salud global de nuestros cuerpos, y depende de un buen sueño el cómo despertemos al día siguiente y nuestra energía y disposición mental para dedicarnos a nuestras tareas cotidianas.
Conociendo el Sueño
Dormir es la principal actividad durante las primeras semanas de vida. El ritmo circadiano -dormir/despertar- se empieza a establecer en relación a la luz ambiental pero toma tiempo en consolidarse. Los bebés están aprendiendo que de noche se duerme y de día se está despierto para jugar, alimentarse y interactuar con sus cuidadores. Este ritmo se empieza a desarrollar alrededor de las seis semanas de vida, y entre los 3 y 6 meses los niños tienen ya un ciclo más o menos regular de sueño-vigilia. A los dos años, la mayoría de los niños han pasado más tiempo durmiendo que despiertos y en general, un niño pasará alrededor del 40% su infancia durmiendo.
Para tener una noción de lo mucho que varía el sueño en los primeros años, pensemos en los recién nacidos, que duermen entre 10 y 18 horas al día en horarios irregulares que se mezclan con las tomas de leche y las mudas. Es común que durante el sueño estén activos: sonrían, muevan brazos o piernas o succionen. En cambio, en niños entre 3 y 5 años, el sueño está más establecido con horarios y es más autónomo. En esta edad duermen entre 11 y 13 horas diarias, y la mayoría no duerme siesta después de los 5 años. Es común en esta etapa que les cueste quedarse dormidos o que se despierten en medio de la noche, e incluso en algunos niños se desarrollan los terrores nocturnos y pesadillas.
¿Porqué es tan importante?
La ciencia ha estudiado que al igual que una dieta adecuada y niveles óptimos de actividad física, el sueño en la infancia es crítico para la salud, crecimiento, aprendizaje, rendimiento escolar y funcionar al máximo de sus capacidades. Un niño que no duerme bien, además de no sentirse bien en general por cansancio, irritabilidad y poca energía, puede representar un problema para toda la familia y alterar considerablemente la convivencia en el hogar.
En los niños, es de especial importancia dormir bien, ya que sus cerebros en desarrollo necesitan estas preciadas horas de descanso para procesar todo lo que experimentaron durante el día, y consolidar lo que aprendieron. En las guaguas, como podemos suponer, es de aún mayor importancia, ya que el tiempo que pasan durmiendo es mayor y el cerebro está en pleno desarrollo.
¿Porqué es importante dormir bien? Un buen sueño tiene implicancias a varios niveles:
- Salud física: el sueño promueve el desempeño físico, lo cual en los niños se traduce en energía para jugar, explorar, y aprender. Además, la etapa de sueño profundo coincide con la liberación de la hormona de crecimiento en niños y adolescentes. Por otro lado, dormir bien promueve la inmunidad, mantener un peso saludable y a combatir enfermedades crónicas. Ojo adultos que dormir mal incrementa las probabilidades de tener condiciones cardíacas y diabetes tipo 2.
- Salud mental: Dormir bien nos ayuda a balancear las emociones y estar de buen humor. Si no hemos dormido bien, arriesgamos a tener sensaciones de ansiedad y depresión
- Cognición: el sueño se asocia de manera importante con las funciones cerebrales superiores, de modo que sin un buen sueño, los niños pierden concentración y atención durante el día, lo cual puede impactar negativamente en su rendimiento escolar.
Según los expertos, las primeras consecuencias de un niño que no duerme bien son los problemas de conducta, la dificultad de aprendizaje en el colegio/jardín, alteraciones emocionales y cambios súbitos de humor, y empeoramiento de la salud con aparición de problemas de peso como la obesidad. Por esta razón es muy importante que los padres sepan cuántas horas aproximadamente debe dormir un niño o bebé acorde a su edad, cuántas siestas debe dormir y su duración, y cómo "proteger" el sueño.
Hay que recordar que no es sólo importante cúanto duermen los niños, sino también la calidad de esas horas de sueño. Un niño/a que ronca, que se duerme a horas inapropiadas para la edad, o que tiene algún trastorno del sueño debería consultar con un especialista, ya que -como mencionamos antes- es fundamental tener una buena "higiene del sueño". Para ayudar a los niños a dormir bien, hay muchas cosas que los padres pueden hacer, pero lo importante es tener conciencia de la importancia de cuidar el sueño, y luego tener la disposición en el entorno familiar para hacer los cambios necesarios.
Referencias:
https://www.sleepfoundation.org/sleep-topics
https://www.sleepassociation.org/about-sleep/
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