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Los Sentidos: conociendo el mundo

Actualizado: 3 abr 2020


Desde que estamos en el útero, comenzamos a recibir información del entorno a través de los sentidos. Estos sentidos se van desarrollando y complejizando, para darnos toda la información que necesitamos para funcionar. En este post te contamos cómo ocurre esto en las guaguas y porqué es importante.

¿Te has preguntado alguna vez cómo sentimos? ¿Cómo se organiza nuestro cuerpo en base a las sensaciones y sentidos que nos llegan constantemente? Probablemente no, ya que esto es algo que realiza nustro sistema todo el día, a todas horas, desde antes incluso que hayamos nacido. Somos inconsientes de nuestros sentidos la mayor parte del tiempo, pero son fundamentales para nuestro correcto funcionamiento. Los sentidos son nuestra conexión con "el mundo exterior". Cuando mi mano toca algo a una temperatura demasiado alta, (que me puede quemar), mi respuesta automática es de retirarla (y quizás gritar un par de garabatos) ya que mis receptores cutáneos han sensado esta información y en un proceso complejo que involucra al sistema nervioso, se genera una respuesta de retirada. De esta manera, los sentidos nos ayudan a entender e interactuar con el entorno de manera segura y útil.

Visión

Los ojos permanecen cerrados hasta la semana 25-26 de gestación. Alrededor de las 32 semanas, el bebé comienza a detectar y reaccionar a la luz que viene desde afuera. A medida que esto sucede, su cuerpo experimenta otras sensaciones, como el movimiento. La fase más activa del crecimiento ocular es desde los seis meses de edad gestacional hasta el nacimiento, y a las 40 semanas, el ojo está completamente formado.

Al nacer, la agudeza visual es pobre por lo que las guaguas ven borroso (¡pero son capaces de ver!). Por esta razón responden con más interés a las imágenes con contrastes y caras (mejor visión a una distancia de 20-30 cm). Al mover los ojos, mueven la cabeza.

Hacia los dos meses, se inicia la visión binocular (se integran las imágenes de cada ojo para formar una sola) y el seguimiento y fijación visual es mayor. Alrededor de los 5-6 meses, los movimientos de la cabeza ya pueden ser independiente de los ojos y pueden seguir con la mirada objetos pequeños. De esta manera, a lo largo del primer año va aumentando progresivamente la agudeza visual. La visión es uno de los sentidos con mayor impacto en el aprendizaje, y en los bebés podemos decir que es uno de los motores más poderosos para el desarrollo psicomotor. Es tan importante, que alrededor de un 85% de la información del entorno es visual y los niños que nacen ciegos o tienen problemas visuales severos experimentan un retraso marcado y generalizado del desarrollo psicomotor.

Audición

En el viente materno, el sonido llega a través de los tejidos de la madre y el líquido amniótico, de forma que llega al bebé atenuado. El bebé escucha la voz de su mamá y el sonido de los latidos de su corazón más claramente que los sonidos del exterior. Las guaguas comienzan a responder a sonidos alrededor de las 16 semanas de gestación, pero el oído interno y otras estructuras del oído no se desarrollan hasta alrededor de la semana 24. Durante los primeros años, el sistema auditivo se convierte en una estructura progresivamente más compleja y contribuye enormemente al desarrollo cognitivo.

Durante los primeros meses (recién nacido - 3 meses) un bebé reacciona a los sonidos, se sobresalta con ruidos fuertes, se calma o sonríe cuando le hablan, y se calma al oír la voz de la mamá. Entre los 4 y 6 meses sigue un sonido con los ojos y reconoce objetos que producen sonidos, por poner algunos ejemplos.

Tacto

Este sentido está muy activo desde el ambiente intrauterino, y podemos decir que tiene un gran impacto en el desarrollo emocional y motor. De manera muy primitiva, el tacto representa la primera forma de comunicación entre una madre y su hijo, y luego del nacimiento lo sigue siendo a través de la lactancia y las caricias. A través del tacto registramos información relevante del ambiente -como temperatura, texturas, vibraciones y dolor- y además nos permite discriminar estímulos, respondiendo de la manera adecuada.

El tacto es el primer sentido en comenzar a desarrollarse. Alrededor de las 8 semanas de gestación (cuando muchas mujeres aún ni siquiera saben que están embarazadas el bebé ya empieza a sentir) aparecen terminaciones sensitivas en la zona bucal y peribucal. Al pasar las semanas, el cuerpo del bebé va desarrollando terminaciones nerviosas y conexiones entre ellas. Hacia la semana 20, casi toda la piel es sensible al tacto, y hacia la 24, ya están desarrolladas las principales vías nerviosas que "mueven" información táctil. Luego del nacimiento, es a través del tacto que los bebés sienten un fuerte vínculo emocional. El contacto es crítico para la sensación de seguridad y contención, y esto es válido tanto para los recién nacidos, lactantes, y niños en la infancia temprana. Durante los primeros meses, la estimulación táctil aumenta el desarrollo cerebral y existen algunos reflejos vitales para la supervivencia (reflejo de búsqueda y de succión) que son posibles gracias al sentido del tacto. Además, permite el desarrollo de las habilidades motoras orales.

Propiocepción

¿Qué es la propiocepción? Es la sensación de "sentir mi propio cuerpo en el espacio". Este sentido se conforma en base a la información que entregan las diferentes articulaciones, músculos, tendones y receptores del cuerpo. El sistema toma toda esta información y la integra en procesos complejos en el sistema nervioso central. De esta forma, a pesar de que no somos concientes de ello, la propiocepción nos da una sensación de seguridad y contención. "Siento mi cuerpo y sus partes en el espacio y gracias a ello soy capaz de sentirme organizado y moverme de forma adecuada". Este sentido nos otorga la capacidad de reconocer y ajustar la postura corporal según lo que estemos haciendo o según cómo nos sintamos.

Sistema Vestibular

El sentido vestibular es importante para detectar la gravedad, los movimientos lineales y circulares, y la orientación del cuerpo, particularmente de la cabeza. Este sentido se está estimulando, por ejemplo, cuando instintivamente tomo a un bebé que está llorando y comienzo a mecerlo en mis brazos. ¿Quién me explicó que eso calma a los bebés? Nadie, pero aún así todos lo sabemos.

El sistema vestibular y el sistema propioceptivo trabajan de forma muy cercana para mantener el cuerpo en balance, y conformar esta sensación de "sé dónde estoy en el espacio". Nos provee de orientación y seguridad en relación a la gravedad, información que es fundamental para mantener nuestra postura y equilibrarnos. Además, nos otorga información fundamental para orientarnos en el espacio, y mantener el campo visual estable aún con la cabeza y el cuerpo en movimiento. Por si fuera poco, el sentido vestibular nos permite mover de forma coordinada ambos lados del cuerpo (coordinación bilateral) y anticiparnos en el tiempo y espacio al movimiento.

Este sentido comienza su desarrollo en la 4º semana de gestación, desde un origen común con el sistema auditivo. Hacia la semana 14 de gestación su estructura se encuentra completa.

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