La discapacidad intelectual (DI) puede pasar desapercibida en un niño que no tiene otros diagnósticos. En otros casos, acompaña por ejemplo a un niño con síndrome de Down y es más bien evidente. En cualquier caso, la discapacidad intelectual es un desafío no sólo para el niño/a y sus padres, si no que también para los profesionales en el ámbito educativo y terapéutico. En este post te contamos sobre esta condición.

¿Qué es la discapacidad intelectual?
Según la definición de la Asociación Americana de Discapacidad Intelectual del año 2010, la DI es aquella discapacidad caracterizada por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual, como en la conducta adaptativa tal y como se ha manifestado en habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapacidad se origina antes de los 18 años. Es muy importante mencionar que el concepto actual de DI contempla que la discapacidad intelectual es el resultado de una compleja interacción entre la persona y la sociedad. No considera sólo al niño/a con sus características personales, si no que entiende que la comprensión y abordaje de la DI debe ser integral.
Algunas consideraciones
- Las limitaciones ya mencionadas deben ser considerando al niño/a en el contexto de ambientes comunitarios típicos de los iguales en edad y cultura.
- Una evaluación válida tiene en cuenta la diversidad cultural y lingüística, así como las diferencias en comunicación y en aspectos sensoriales, motores y conductuales.
- En una persona las limitaciones coexisten habitualmente con las capacidades
Por otro lado, es fundamental recalcar la enorme variedad que existe en las personas que tienen discapacidad intelectual. Puede variar enormemente de un niño a otro, de una familia a otra, ya que ningún entorno es igual al otro.
"Sujetos con el mismo diagnóstico médico y el mismo nivel de inteligencia y comportamiento adaptativo, pueden diferir ampliamente en sus habilidades, en los signos y estigmas asociados y en una serie de características, que no son tenidas en cuenta en las evaluaciones médicas y psicológicas utilizadas para construir las clasificaciones." - Discapacidad intelectual. Luque, D. J. (2020).
Entonces, ¿podemos evaluar - y por lo tanto ayudar- a un niño con discapacidad intelectual sólo teniendo en cuenta su coeficiente intelectual?. La respuesta es un gran y enfático "NO".
Funcionamiento intelectual
Los niños con discapacidad intelectual tienen menor coeficiente intelectual que la media de niños de su edad, pero esto no se limita a un número dado por una escala. A los niños con DI les percibir y detectar información del entorno, (déficit en funciones perceptivas). Además, tienen dificultad para prestar atención precisa y sostenida (déficit atencionales), retener información (déficit en la memoria) ,y dificultad en procesar y analizar información (déficit en el procesamiento cognitivo).
Conducta adaptativa
También llamadas "habilidades de adaptación": conjunto de habilidades conceptuales, sociales y prácticas, aprendidas por las personas para funcionar en sus vidas diarias. Se refieren a la capacidad de poder cambiar la propia conducta según la situación o contexto. Es decir, son la habilidad para poder adaptarse a distintos entornos que requieren diferentes actitudes, interacciones sociales o comportamientos. Si un niño se encuentra en una sala de clases, no son las mismas conductas que uno esperaría ver a las de un patio de recreo, ¿verdad?. A esto se refiere la limitación en la conducta adaptativa que hace alusión en la definición de DI.
¿Porqué ocurre?
Hay diversas causas que explican la discapacidad intelectual, que a su vez dependen de la clasificación de la DI. En un 80-85% de los casos, la discapacidad es leve y tiene un origen desconocido. En estos casos es muy importante estar pendientes del desarrollo del niño/a. En general, si es una DI leve, las sospechas comienzan cuando el niño entra al colegio y tiene dificultades para mantener el mismo ritmo de aprendizaje que sus compañeros. De estos niños, sólo entre un 25-40% de ellos se puede detectar una causa que es claramente identificable.
De un 10 a un 15% son DI moderadas, y luego hay un menor porcentaje de los casos que son discapacidades intelectuales graves (5%) y profundas (1-2%). De éstas últimas, en su mayoría la causa son trastornos neurológicos severos.
- Causas prenatales: síndromes genéticos (ejemplo: síndrome de Down, entre muchos otros), exposición a toxinas y teratógenos (elementos dañinos en la etapa fetal, como el alcohol, plomo y mercurio), infecciones congénitas, síndromes malformativos de origen desconocido, hipotiroidismo congénito
- Causas perinatales: Nacimiento de pretérmino, hipoxia, hemorragia intracraneana, traumatismo, infecciones
- Causas postnatales: Traumatismo, hemorragia cerebral, hipoxia, toxinas medioambientales, desventaja psico‐social, aislamiento, Infección intracraneal, hipotiroidismo adquirido
Discapacidad intelectual. Luque, D. J. (2020)
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