En muchas ocasiones los padres y madres muestran preocupación por la fluidez del habla de sus hijos, la cual varía durante el período del desarrollo. ¿Qué es normal y qué es señal de preocupación en de que debemos consultar?. Durante este período puede ser difícil distinguir entre las disfluencias, que son parte normal del desarrollo, y las primeras señales de tartamudez en un niño/a, por eso en este post nuestra fonoaudióloga Manuela Valenzuela nos orienta al respecto.
Siendo los padres y madres los primeros en observar los aspectos relevantes en el desarrollo de sus hijos, es de suma importancia dar a conocer la diferencia entre una disfluencia normal de la edad y un inicio de tartamudez, que se pueden dar desde los inicios del desarrollo.
Disfluencia normal
Se da entre los 18 meses y los 7 años de edad, donde los niños atraviesan por períodos de disfluencia del habla, la cual esta vinculada a los esfuerzos por aprender a hablar. Los niños/as entre los 18 meses y tres años de edad con disfluencia normal suelen repetir los sonidos, las sílabas y las palabras, casi siempre al iniciar una oración. Por lo general esto ocurre en una de cada diez oraciones.
Posterior a los tres años de edad, los niños con disfluencia normal no suelen repetir sonidos o sílabas sino que palabras y frases completas.
Los niños pueden presentar disfluencias en cualquier momento, no obstante esta tiende a aumentar cuando están cansados, entusiasmados, agitados, o se les está apurando para que hablen.
Esta disfluencia en muchas ocasiones no es percibida por los niños/as, por lo que no presentan frustración, expresiones faciales y/o tensión.
Tartamudez leve
Al igual que la disfluencia normal, esta puede hacerse mas evidente cuando el niño/a comienza a formular frases de dos palabras. Pueden mostrar las mismas repeticiones de sonidos, sílabas y palabras, pero suelen repetirlos en más ocasiones y más veces. También puede aparecer prolongación de los sonidos.
A diferencia de la disfluencia normal, los niños suelen reaccionar ante la tartamudez, donde se observa parpadeo, cierre de los ojos, mirar hacia un costado, tensión en la boca y/o expresión facial tensa.
Ante esta tartamudez los niños no se muestran profundamente preocupados, pero si momentáneamente avergonzados o frustrados.
Ante las conductas mencionadas anteriormente, los padres deberán prestar atención para así diferenciar entre una difluencia normal de la edad o algún inicio de tartamudez, para así consultar con un fonoaudiólogo oportunamente.
No obstante, en niños menores a 5 años, se recomienda evitar que el niño tome conciencia de su dificultad para hablar, por lo que es importante que se consideren las siguientes indicaciones para modificar el entorno.
¿Qué hacer?
Dejar que el niño hable a su ritmo y velocidad.
Permitir que tartamudeo libremente.
Eliminar sobreprotección o burlas.
Evitar identificarlo “directamente” o “indirectamente” como tartamudeo.
Evitar la sobre exigencia.
Permitir que cuente su relato sin interrumpirlo.
Evitar correcciones de la forma de hablar.
Evitar completar palabras y/u oraciones.
Mantenerse tranquilo, evitar mostrar ansiedad y/o preocupación.
Corregir el lenguaje mediante estrategia de “modelado”; Repetir la palabra u oración correctamente, sin buscar repetición.
Hablar lento.
Recuerda que todos los niños tienen su propio ritmo. Si tienes dudas sobre el lenguaje de tu hijo/a y te gustaría una evaluación, escríbenos a crecerdecolores@gmail.com y felices te ayudamos.
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